El Senado de la República decidió reconocer con la Medalla de Honor Belisario Domínguez a la activista y excandidata a la Presidencia de la República, Rosario Ibarra de Piedra, la presea distingue a los ciudadanos más eminentes por sus aportes a la sociedad.
Madre de cuatro hijos, luchadora social y política, Rosario Ibarra nació en 1927 y es reconocida por ser la primera mujer candidata a la Presidencia de México, además de ser nominada al Premio Nobel de la Paz en cuatro ocasiones: 1986, 1987, 1989 y 2006.
Es originaria de Saltillo, Coahuila, y su carrera política inició en 1975, tras el secuestro de su hijo Jesús Piedra Ibarra, militante de la Liga Comunista 23 de septiembre. Tras su desaparición, en 1977 fundó el Comité Pro Defensa de Presos, Perseguidos, Desaparecidos y Exiliados Políticos conocido como Comité ¡Eureka!
En 1982 participó en las elecciones federales como la primera mujer candidata presidencial, postulada por el Partido Revolucionario de los Trabajadores.
Seis años después, repetiría su candidatura como parte de las elecciones de 1988, compitiendo con Manuel Clouthier, del Partido Acción Nacional (PAN); Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y Carlos Salinas de Gortari, del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
En 1985 se desempeñó como diputada federal y en 2006 como senadora del Partido del Trabajo.
Rosario Ibarra estaba destinada a convertirse en la séptima mujer en ser reconocida con la Medalla Belisario Domínguez, después de Rosaura Zapata (1954), María Hernández Zarco (1963), María Cámara Vales (1969), María Lavalle Urbina (1985), Griselda Álvarez (1996) y Julia Carabias (2017).
La activista de 92 años de edad fue seleccionada entre 459 candidatos, y la presea se le entregará en la antigua sede del Senado, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, durante una ceremonia a la que asistió el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Sin embargo, al momento de recibí la medalla en nombre de su madre, Claudia Piedra resaltó que a un año del nuevo gobierno, que recibieron esperanzadas, no ha habido ningún avance en las demandas que desde hace cuarenta años han enarbolado desde el comité Eureka.
Siguió el texto de Rosario Ibarra: “Señor presidente López Obrador, querido y respetado amigo, no permitas que la violencia y la perversidad de gobiernos anteriores siga echando y actuando desde las tinieblas de la impunidad”.
«Me alienta aún más a continuar luchando para liberar a esa justicia que fue amordazada y llevada a una cárcel clandestina hace ya tantos años»,

«No quiero que mi lucha quede inconclusa, es por eso que dejo en tus manos la custodia de este preciado reconocimiento y te pido que me lo devuelvas junto con la verdad sobre el paradero de nuestros queridos hijos y familiares y con la certeza de que la justicia anhelada por fin llegará», decía la carta de Rosario Ibarra de Piedra, por medio de la cual no recibió la medalla Belisario Domínguez.
El presidente López Obrador expresó que es una responsabilidad que va a cumplir. “Voy a hacer todo lo que humanamente me sea posible para dar con los desaparecidos”.